Lorenzo Coullaut-Valera, el escultor de la Sevilla universal
Marchena, en el corazón de la campiña sevillana, fue su cuna y estuvo muy presente en toda su obra. Lorenzo Coullaut-Valera tiene una extensa producción escultórica, monumental y artística que ha traspasado las fronteras nacionales, convirtiéndolo en el escultor de la Sevilla universal.
Nació el 12 de abril de 1876 en una España que acababa de restaurar la Monarquía y en la que reinaba un joven llamado Alfonso XII. Hijo de un ingeniero francés, Louis Alfred Coullaut Boudeville, y de Teresa Valera, su madre era hermana del reconocido escritor Juan Valera. Su padre, ingeniero francés y masón, estaba establecido en Marchena por su participación en la construcción de puentes, una circunstancia que propiciaría sus raíces y su vínculo con la campiña sevillana, pero que también lo empujaría a recorrer mundo y a tener amplitud de miras.
Cuenta con un museo en su tierra natal, pero la mayor galería de su legado está al aire libre. En lugares tan hermosos como la Glorieta de Bécquer del sevillano Parque de María Luisa, en la Plaza de España de Madrid, con el monumento a Cervantes; en la Plaza del Sagrado Corazón de Jesús, en Bilbao; en varios maravillosos rincones del Parque del Retiro, como el monumento a los Hermanos Álvarez Quintero; o en esa escultura que sirve de peregrinación a los tunos sevillanos cada año, en plena Plaza del Triunfo: la de la Inmaculada Concepción, por citar algunas de sus más emblemáticas obras.
Su producción artística es universal y muy extensa, algo a lo que se suma que está repartida por distintos lugares de la geografía española, así como en algunos puntos emblemáticos de otros continentes. La única sombra de su legado es que Coullaut-Valera no es tan conocido como sus obras y no siempre se le relaciona con ellas. Sus manos prodigiosas dieron vida a destacados monumentos que hoy forman parte de lo mejor de muchas de nuestras ciudades, sin que la mayoría recuerde que la planificación artística y el trabajo para cincelar esas maravillosas esculturas tuvo a aquel niño de Marchena que soñaba con ser escultor como autor.